La educación es una de las áreas que se vio profundamente afectada durante el año de pandemia, obligando a los estudiantes a asistir a clases online y a los educadores a transformar sus programas para que se pudieran hacer por internet.
"Todo lo que teníamos pensado que iba a ocurrir en el espacio de la sala de clases tuvo que reestructurarse hacia lo digital", dice Constanza Díaz, Directora Ejecutiva de Technovation Girls, un programa que busca impulsar el interés de las niñas por el desarrollo de nuevas tecnologías y la innovación digital.
Si bien convertir una clase presencial en una clase online es un desafío, una de las mayores trabas fue más básica: tener acceso a internet. "Es una muralla china realmente, no es como una valla" que haya que saltar, dice Díaz. "Trabajamos con liceos técnicos profesionales, en Chile son cerca del 40% de la matricula secundaria, y 90% de los estudiantes pertenecen a los dos quintiles más pobres del país. Estamos hablando de que el nivel de conectividad de estos niños era prácticamente nulo".
- ¿Hay diferencias de conectividad entre los niños en Santiago y en regiones? - El año pasado estuvimos en Santiago, Concepción, Talcahuano, Temuco, Curanilahue y Valparaíso. Los niños de Santiago tienen un grado más de conectividad, pero no te voy a decir que es una diferencia gigante. Si pudiéramos ponerlo de 1 a 5, probablemente los niños de regiones están en un 1 o 2, o sea muy mal, y los de Santiago están en un 3. No es una diferencia abismal.
- ¿Cómo lo hicieron para poder llegar a esos niños? - Uno de los partners con el que veníamos trabajando hace tiempo, que es WOM, apañó y se pusieron con chips y conectividad por prácticamente todo el año, desde marzo a diciembre. Esa conectividad continúa por este año. El año pasado llegamos con 20 GB a entre 600 y 700 niños y niñas, y este año estamos llegando a cerca de 2.000.
"El apoyo estatal eran chips de las distintas compañías pero con 500 MB al mes... 500 MB para una clase virtual son 15 minutos. Sé que es un esfuerzo y hubo mucha gestión detrás de eso, pero se necesitaba más si uno tenía la expectativa de tener niños en la sala de clases, o descargando contenidos, o subiendo contenidos".
El siguiente problema fue el equipamiento, ya que muchos niños no contaban con computadores o tablets para poder participar en las clases. La organización repartió casi 100 equipos con ayuda de partners, pero solo en Santiago. "En regiones la logística era muy cara", explica Díaz.
- En regiones da la sensación que muchos niños quedan abandonados, sin clases presenciales y sin conectividad para clases online. - Es súper complejo, yo siento que no hemos terminado de darnos cuenta del nivel de desigualdad que hay en este país. Mientras no hagamos ese ejercicio básico de que se den cuenta quienes toman las decisiones políticas de que su realidad no es la realidad de un niño en Quellón, de un niño en Putre, cuando lleguemos a ese punto va a ser más fácil desarrollar políticas públicas que lleguen a estos niños. Mientras no haya políticas publicas que vean el acceso a la educación y el acceso a internet como un bien básico y como un derecho más que como un bien de mercado es súper complejo sensibilizar esto.
Incentivar a las niñas
El programa Technovation organiza una competencia donde equipos de niñas deben proponer soluciones (a través de software y aplicaciones) a problemas de sus comunidades. El programa se extiende por 32 semanas y en 2021 convocará a cerca de 2.500 niñas en el país.
- ¿Cómo afectó a las niñas que participan en Technovation hacer todo remoto en pandemia? - En el estudio que hicimos las niñas aumentan su interés por áreas STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematics), su interés por las matemáticas y la ciencia, pero las niñas también sentían que este formato online a ellas les producía menos autoeficacia, sienten que estar en este formato no es cómodo. La falta de interacción, de contacto, de trabajo en equipo les afecta de alguna manera en su autopercepeción, y eso es bien interesante.
-¿Por qué es necesario un programa como Technovation para incentivarlas? - Las proyecciones son que de aqui al 2030 el 76% de los trabajos van a ser trabajos que van a requerir conocimiento en programación de alguna forma, en mayor o menor grado. Si nosotros hoy no empezamos a incluir dentro del contexto escolar, dentro de los programas escolares lógica básica, estructura de pensamiento, desarrollo de proyectos, pensamiento crítico, analítica, etc, estamos con un problema. Los niños que entran hoy al colegio van a salir en 12 años más, y en 12 años más ya va a ser el 2033, entonces estamos súper tarde. Y si nos planteamos que con esta pandemia las mujeres retrocedieron 10 años en el campo laboral, si nos proyectamos para los próximos 10 años deberíamos proyectar que las mujeres ingresen al mundo de la tecnología.
"Si a ese mix le agregamos que solo el 5% de la industria en Chile tiene mujeres en áreas tecnológicas, para llegar al 76% de los puestos de trabajo tenemos un gap muy largo, entonces tenemos que empujar esos espacios que son segregados".
"El problema que tenemos es que a la velocidad que estamos hoy no llegamos a la competitividad empresarial, creativa, de desarrollo a la que tenemos que llegar".
- El programa se encuentra buscando voluntarios, ¿qué rol cumplen ellos? - En los colegios son los profesores los que acompañan a los niños en su proceso educativo. Pero también tenemos un llamado que es abierto y que este año estamos de la mano de DUOC y la Universidad Técnica Federico Santa María. Necesitamos muchos voluntarios para que todas esas niñas que están interesadas en aprender a desarrollar una aplicación que resuelva problemas de sus comunidades pueda tener mentores o mentoras que les pueda ayudar a transitar por el curriculum. Es como tu jefe de proyecto, que te va guiando, te va empujando y que te va poniendo metas.
"Son 32 semanas los días sábado desde las 10:00 a las 13:00. Tenemos un par de estudios del impacto que tiene ser voluntario en el programa y son tres cosas fundamentales: los voluntarios adquieren muchísima mayor confianza en sí mismos y en sus conocimientos. También aumenta mucho la creatividad, porque si hay algo que hemos visto con las niñas es que no le tienen miedo a ninguna idea ni a ninguna solución. Lo último es que aumenta también la capacidad de explicar, ser concisas y precisas. Porque si le podemos explicar a una niña de 10 años un concepto difícil y ella lo entiende, se lo podemos explicar a cualquier persona y a cualquier cliente".
Las3Claves para incluir a las niñas en tecnología:
No debe haber selección, creemos que el talento es transversal en todas partes, y que debe ser gratuito, sin importar el estrato socioeconómico. Los programas deben estar abiertos a todo tipo de niñas que debemos tratar que las niñas se vinculen con otras niñas y que se conozcan.
Dar acceso. Tenemos que apoyar que haya mayor conectividad y mayor acceso tanto en los colegios como en las casas sobre todo de las familias que no pueden pagar un internet fijo o wifi constante. Eso es algo que tenemos que ver como lo podemos empezar a resolver como sociedad. Siento que parte de la brecha que existe es por eso.
Acercar la tecnología. Debemos humanizar o transparentar el impacto que tiene la tecnología en la vida cotidiana. Cuando conoces a un dentista o un veterinario o un abogado uno se puede hacer una idea bastante clara de en qué trabaja esa persona. Cuando uno habla con un programador siempre hay un halo de misterio de en qué trabaja. Y ese programador puede trabajar para el retail, para una clínica, para una startup, cualquier cosa. Eso es súper importante, empezar a transparentar que lo que hacen los programadores también transforma la vida cotidiana de las personas, y cuál es el impacto que esto tiene y cómo bajarlo a algo más cercano.