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  • Innovación

Gerente de Socialab y el emprendimiento: El Estado tiene que ser el primer inversionista

Tadashi Takaoka es gerente general de Socialab y explica por qué algunas empresas grandes se quedan atrás en cuanto a innovación.

Tadashi Takaoka lleva tres meses en su cargo de gerente general de Socialab Chile. Hace nueve años, creó una singular página de citas llamada Supermanket, donde los productos eran los hombres. "Tenía 27 años y ahora digo '¿para qué hice esas cuestiones?'. La experiencia hace una diferencia abismal. Soy una rareza de la matrix", recuerda.

Este emprendedor e ingeniero de la Universidad de Chile fue gerente de emprendimiento en Corfo hasta 2018 y cuenta cuál es el foco de Socialab, organización nacida bajo el alero de TECHO y que se centra en innovación social.

"Lo que hacemos es entrar a grandes empresas que quieren sumarse a la innovación social con acciones concretas y los ayudamos a armar la estrategia y a atraer startups que les ayuden a hacer esto en velocidad, porque las grandes compañías tienen varios problemas en innovación para poder generar cambios tecnológicos y de flexibilidad", cuenta Takaoka a Las3Claves.

"Creemos que las grandes compañías pueden crear nuevos productos o servicios, que si le agregas tecnología e I+D puedes atender a segmentos que usualmente no podrían. Por ejemplo, hay zonas rojas en el mundo de las telecomunicaciones, donde las compañías no llegan porque creen que la gente no va a pagar, les van a robar las cosas y otros prejuicios. Tal vez, con una startup podrían atender a segmentos que hoy no tienen acceso. Hemos estado detrás de aquellas startups que hoy día son grandes actores de la innovación social como Al Gramo o Lab4U, que han pasado por Socialab", agrega el antofagastino.

- ¿Cuáles son los mayores topes a la hora de conectar a la empresa con la startup?
- Lo primero son las expectativas del emprendedor versus la empresa. Debo admitir que muchas empresas lo hacen por márketing más que por llegar a una solución y eso es algo que tenemos que filtrar constantemente.

Otro tema es la confianza, porque muchas veces la empresa tiene miedo de pasar su base de datos, de mandar un mail masivo a sus clientes y a probar la solución en grande. El mensaje es que cada vez vamos a tener que ser más agresivos en la validación, o si no nos vamos a quedar atrás. Es lo que está viviendo el retail, donde salen gerentes diciendo que son mejores que Amazon en algunas cosas, que se van a poder adaptar a este cambio tecnológico y no tienen ninguna posibilidad. Mercado Libre ya les está pasando por el lado, que lo mejor que le pudo haber pasado es la pandemia porque se notó que estaba mejor preparado. Eso pasa porque la velocidad de cambio es muy lenta.

La teoría más básica que hay detrás de la innovación disruptiva es que las grandes empresas son malas para mirar los cambios tecnológicos del ambiente, los menosprecian en un inicio y dicen que no son relevantes. Cuando se les empieza a desarmar el mono, tratan de cambiar y no alcanzan por la cultura. Por eso trabajan con las startups, pero si no entienden la velocidad que tienen que tener, se vuelve un problema.

Startup Chile y los libros de Historia

-¿Cómo ha cambiado el panorama del emprendimiento con la pandemia?
- Hay muchas empresas que empezaron a tomar la innovación social de manera más seria. Este ha sido el mejor año en los últimos 10 de vida de Socialab, nos han contratado mucho.

En el emprendimiento informal, como venta de pan, verduras y otros productos entre vecinos hay un sentimiento de sobrevivencia, con muchas personas emprendiendo por necesidad, con un sentimiento de lata que la gente lo tenga que hacer por sobrevivencia y no porque encontró una oportunidad de mercado.

- ¿Ha cambiado la manera de ver a los emprendedores?
- Hay una percepción muy positiva del emprendimiento. Diez años atrás tú decías que eras emprendedor y la gente decía buena onda, pero en verdad eres un desempleado. Hoy día, uno lo dice con orgullo y está asociado a muchos sesgos positivos. Hoy, con el Covid y los despidos masivos, te ves forzado a emprender.

- ¿Qué debe hacer una startup que quiera acercarse a Socialab?
- No somos una incubadora, sino lo que hacemos es levantar convocatorias para grandes empresas que estén buscando startups de distintos tipos. La mejor forma de trabajar con nosotros es ingresar a Socialab.com y ver las convocatorias abiertas. Lo que aspiramos es tener un lugar que siempre haya empresas buscando, ayudar mucho a conectar, que esta conexión sea muy fluida de soluciones de startups con grandes compañías.

- ¿Cuáles son las startups chilenas que más admiras?
- Están las típicas, que uno se sabe de memoria como Cornershop, NotCo, Fintual, que me gusta mucho por la mirada que tienen de cómo hacer empresa, con un cultura muy distinta. Contratan gente con situación de discapacidad y lo hacen porque realmente creen que las empresas deben ser un reflejo de la sociedad. También hay otros proyectos más pequeños como Laboratoria, que ayuda a las mujeres a insertarse en el mundo del desarrollo de software, o Tremendas, que son chicas menores de edad.

Está Wheel the World, este emprendedor que anda en silla de ruedas y desafió el status quo para turistas con ciertas discapacidades, la app Lazarillo para ayudar a las personas con ceguera. Soy optimista del futuro, pero me gustaría que fuera más democrático, porque esto se mueve dentro de los mismos círculos. Eso es malo porque los círculos sociales son los mismos.

- ¿Cuál debería ser el rol del Estado en el emprendimiento?
- Si la gente actuara por los estudios, nadie fumaría y todos iríamos al gimnasio. En los 80' se probó que los países crecen por la inversión en tecnología, sin embargo no siempre se asume así porque no tienes las agallas para hacer ese cambio drástico. Los países crecen por la innovación disruptiva, porque las industrias se transforman en gran velocidad.

El tema es que las empresas y los inversionistas no va a invertir naturalmente en innovación porque hay otras áreas para invertir en que vas a ganar más plata. Entonces, la única forma es mostrar casos de éxito como cuando empezó a salir Cornershop: ahí los inversionistas dijeron 'chuta, la embarramos en no meternos'. Para que eso ocurra, el Estado tiene que ser el primer inversionista para apoyar a los emprendedores que se juegan con mayor riesgo, que quieren desarrollar tecnología más compleja.

Esa es la historia de los países que lo han logrado: siempre se empuja desde el Estado y no es una mirada comunista del tema (sonríe). El mensaje es que si el Gobierno no está empujando, te quedas estancado en lo mismo y viene otro país y te pasa por encima. Por eso es peligroso que hayan cortado las Becas Chile porque existe esa mirada de austeridad, de que gastar menos plata del Estado está bien, pero está archi-probado que es una tontera.

- En ese caso, Startup Chile es un aporte, ¿no?
- Es uno de los casos de éxito más grandes del mundo. Una vez en un viaje conocí a un emprendedor de Egipto, que había hecho su máster en Suecia. A él le habían enseñado Startup Chile en el MBA. Se lo enseñaron como uno de los casos de éxito globales de políticas públicas que tienen impacto. El programa es muy conocido por ser tan agresivo y llevar talento de todo el mundo a desarrollar innovación. Debería estar en los libros de Historia.

Las3Claves para el emprendimiento postpandemia. "Entender que si tenías un negocio que funcionaba ya no va a funcionar porque cambió tu cliente: tiene otros miedos y tu modelo va a cambiar. La primera clave es reentrevistar a todos tus clientes. La innovación no parte con una idea, sino con la empatía. La segunda clave es: la innovación se trata de cosas que quieres dejar. Es simplificar aquello que quieres que se mantenga en la sociedad como Uber, que es el deseo de transportarse, pero sin la cultura de los taxis. La tercera clave es la red de valor que puedas construir con socios y mentores. Mientras más cuentes tu idea y eres abierto a críticas, mejor y más rápido".