- Innovación
- 29 de septiembre 2020
Maitetxu Larraechea: "Esta pandemia extrema las diferencias sociales"
El proyecto Ingeniosas busca cambiar la percepción que las niñas tienen de la ciencia y tecnología.
El proyecto Ingeniosas busca cambiar la percepción que las niñas tienen de la ciencia y tecnología.
"A los 16, 17 años, las niñas ya declararon en qué se sienten buenas y en qué no, lo que se llama la percepción de autoeficacia. Que tú digas, yo soy buena en esto", dice Maitetxu Larraechea, presidenta de la fundación Ingeniosas y Managing Director del capítulo chileno de la fundación Girls in Tech.
"Hay niñas que a los 15 años ya declararon yo soy mala en matemáticas, y cuando ya está esa declaración y ellas lo creen, cuesta mucho revertir", explica. Es ahí donde Ingeniosas busca dejar su marca, impactando año a año la percepción que miles de niñas tienen sobre la ciencia y la tecnología.
"Ahora estamos con 3.000 niñas al año, pero el desafío en el que estamos actualmente es cómo podemos impactar a 10.000 niñas al año, sin que baje la calidad de ese impacto. Es evidente que para que haya más mujeres en tecnología necesitas arreglar el pipeline, que entren más", afirma Larraechea, quien también es Managing Director de la empresa de consultoría de software ThoughtWorks.
- ¿Por qué decidieron enfocarse en niñas y no mujeres adultas?
- Nos dimos cuenta que las empresas de tecnología estaban haciendo harto por las mujeres que trabajan en la industria tecnológica, son pocas pero las compañías las están cuidando y están priorizando su desarrollo de carrera, proveyendo oportunidades de formación y eso. Con las mujeres en edad universitaria pasa un poco lo mismo, las universidades están bien enfocadas en que esto es importante y que tienen que proveer un buen ambiente, y se están haciendo cargo de los porcentajes que atraen de mujeres y también de las que están adentro.
"Pero con las niñas, no hay un trabajo sistemático para atraerlas, hay mucho evento suelto, entonces algo en que estamos enfocadas con Ingeniosas es que nos importa mucho tener una metodología que produzca resultados, y la escala, no queremos que sea una ONG pequeña, no nos quedamos tranquilas con hacer un taller para 30 o 40 niñas".
La fundación realiza un trabajo permanente con un grupo de ocho colegios y liceos, y además organiza una feria anual que dura una semana en siete ciudades, donde distintos colegios pueden participar. La idea es convencer a las instituciones educativas que participan en la feria de realizar acciones a más largo plazo.
- ¿Cómo lo están haciendo con la pandemia?
- Ya estábamos con el tema de que todas nuestras actividades son presenciales, y haciendo talleres de 40 niñas cada vez para lograr generar un cambio tendrías que hacer demasiados talleres, lo que no es muy escalable. Entonces ya estabamos con esa preocupación, al punto que logramos un financiamiento para un proyecto digital. Estábamos en ese proceso de diseño e implementación y nos pilló la pandemia, entonces nos obligó a priorizarlo y verlo más en detalle.
"Hasta ahora, porque es algo que estamos probando, es lo que nosotros llamamos un emulador. Es como un espacio de trabajo donde puedes hacer ejercicios no solo de electrónica y computación, sino con una mirada STEM, salir del clásico que es solo computación y robótica, unir los distintos elementos que puede haber en el mundo de ciencia y tecnología en un emulador donde ellas pueden hacer experimentos. Eso tiene que estar de aqui a diciembre en ingeniosamente.org".
- ¿Qué efectos ves que ha tenido la pandemia en la educación?
- Algunas cosas que ya son evidentes es que nos ha tocado hacer talleres de electrónica online para hijos de personas en tecnología en empresas, y bueno la tecnología es una industria que paga bien, entonces son niños y niñas que van a buenos colegios, que tienen un buen computador, que tienen internet, que tienen un espacio donde poder explorar. Después tenemos otras niñas, por ejemplo trabajamos con el Liceo 1, que está con un drama, siendo un liceo emblemático, es un liceo público pero no es vulnerable, su índice de vulnerabilidad no es tan alto.
"Esta pandemia extrema las diferencias sociales, en el Liceo 1 quizás hayas escuchado hablar de la profesora Roxana Nahuelcura, que es una gran profesora de ciencias, que está preocupadísima porque tiene niñas que no tienen un computador o no tienen acceso a internet, y ella como docente no tiene realmente cómo llegar a esas niñas, entonces claro, quedan en una desventaja tremenda. Lo que esta pandemia está haciendo es eso, acrecentar diferencias, no le pega a todos por igual. Chile tenía un problema arrastrado de equidad, pero esto lo agrava más".
- Por otro lado, ¿quizás el estar conectados para todo ahora esté generando más interés?
- En niñas y niños lo vemos igual, por una cosa generacional no es que digan me gusta o no me gusta, "es" no más, lo tienen incorporado. Aunque lo que tienen incorporado es el uso, otra cosa es meterlos en la creación de tecnología y ciencia, que es a lo que nosotros aspiramos. Pero donde sí se ha visto un cambio es en los padres, madres y apoderados, por ejemplo el clásico caso de la mamá que se autodeclara incompetente, ya no pueden decir "ah no, si tiene una duda, vealo con su papá". Y ahora no, estás en la casa, están tus hijos ahí, y necesitan hacer tareas y si necesitan ayuda tienes que poder subirte al carro. Ahí sí se ha visto un cambio de actitud.
- ¿Cómo pasaste de liderar una ONG a un cargo gerencial en una empresa? ¿Sufriste del síndrome del impostor en algún momento?
- Esa sensación de autoeficacia que hablábamos de las niñas, también corre para uno en el mundo profesional adulto. Si tú vas pidiendo permiso para acceder a algo, creo que uno emite esa actitud, y en un cargo de liderazgo, en este caso montar una oficina que era muy pequeñita y hacerla crecer, necesitas a alguien que sea medio barsa, muy seguro de lo que es capaz de hacer. Y estar muy tranquilo de decir bueno, lo que no sé, lo voy a ir entendiendo adentro. Ustedes me lo van a explicar y me van a ayudar. De verdad tienes que creerte eso.
"También hay que ver las oportunidades que hay y poder tomarlas, pero a veces uno no se da cuenta cuando le pasan las oportunidades por el lado. Entonces para poder ver esa oportunidad y tomarla, primero hay que estar abierto a nuevas cosas. Yo estaba de cabeza en esta ONG y cuando aparece ThoughtWorks fue tan raro todo. Hice un par de charlas con ellos, y me dicen, nos gustaría hablar contigo pero para que entres acá. Estoy segura que muchos directores de ONG habrían dicho no, mi vocación está con las ONG y este es mi camino, y ahí cerraste la puerta, cerraste la oportunidad. Entonces sí creo que tengo algo distinto, soy bien ecléctica en mi carrera, siempre tuve una visión muy multidisciplinaria. Quizás otros están muy cerrados en su camino, están tan ahí que no ven lo que les está pasando por el lado".
Las3Claves para lograr incentivar a más mujeres en tecnología: "Primero: Para retener a las que están en la industria, ambientes amigables y flexibilidad. Segundo, en el caso de las niñas, inspiración. Y lo tercero son los docentes, los profesores. Tener la conversación sobre género. Porque todavía uno se encuentra muchos profesores que creen que esto es algo ideológico, algo inventado. No lo ven como una brecha. Si tu les muestras un niño socioeconómicamente privilegiado y uno vulnerable, ellos sí ven que hay una diferencia y se muestran disponibles para atenderla, pero en el caso de género no les aparece con tanta evidencia. Entonces ahí hay un trabajo de conversación y acuerdos que lograr".